Lorca nació en Granada en 1898, pero se trasladó a Madrid y vivió varios años en la Residencia de Estudiantes donde conoció y relacionó con personajes de la generación del 27.
A lo largo de su vida pueden distinguirse tres etapas: una primera etapa juvenil, una segunda correspondiente a su viaje a Nueva York en 1929, con una fuerte influencia del surrealismo; y una tercera etapa correspondiente a la experiencia de la Barraca, un grupo de teatro que representaban obras clásicas en pueblos con el fin de alfabetizarlos.
Algunos de los temas predominantes en la poesía lorquiana son la muerte ineludible y el amor como frustración que suelen desembocar en tragedia. Además su origen rural así como su orientación sexual influyeron en su producción.
Se distinguen varias etapas en la obra de Lorca: una primera etapa comprendida entre 1921 y 1928, donde desarrolla una poesía juvenil con una gran influencia modernista. A esta etapa, caracterizada por las indefiniciones e incorrecciones estilísticas pertenecen dos obras fundamentales: “Libro de poemas” donde manifiesta su preocupación por la estética y el sonido y que presenta un tono alegre e infantil. El otro título, “Canciones”, se ve influenciado por las diversas vanguardias y presente imágenes poco definidas.
La segunda etapa, el ciclo mítico andaluz, cuya temática característica incluye los gitanos y el pueblo andaluz, puede definirse a través de dos obras caracterizadas por la originalidad del planteamiento y la madurez de su poesía. “Cante Jondo” obra en la que refleja temas habituales como la muerte o la Andalucía trágica.
En “Romancero gitano” el poeta recurre a la lucha contra la muerte inevitable.
En las obras, predomina el tratamiento épico del mundo andaluz y el gitano (reflejo de lo primitivo), el cual se convierte en el antihéroe lorquiano, que recoge valores primitivos (honor, amor, muerte y fecundidad) que le interesan a Lorca y no al pueblo.
Con respecto a la tercera etapa, la surrealista, caracterizada por el uso de un lenguaje lleno de recursos, Lorca lleva la imagen y la metáfora a su máxima expresión. Destaca la obra de “Poeta en Nueva York” donde se decanta por la conciencia social, y que se reconoce por el uso de imágenes cercanas al movimiento y la gran fuerza expresiva del lenguaje.
En cuanto a su cuarta etapa, desarrolla una poesía fundamentalmente amorosa con perspectiva original e individual, a través de la cual busca plasmar su experiencia. Además, Lorca se basa en la investigación y aplicación de formas tradicionales poéticas. En esta etapa pueden distinguirse tres obras: “Diván del Tamarit” con influencias arábigo-andaluzas; “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” que es una elegía y “Sonetos del amor oscuro” que refleja su experiencia amorosa.
En relación con el estilo, la fusión de lo culto y lo popular, lo innovador y lo tradicional impregna toda su producción literaria. Uno de sus aspectos más característicos es la simbología, tales como la luna, que representa la vida, la sangre que es la muerte o el caballo como símbolo de fertilidad.
Recurrió también a imágenes nuevas con influencias vanguardistas.
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