GENERACIÓN DEL 98.
El espíritu de desánimo que asolaba el país ante la pérdida de las colonias, impulsó a los intelectuales españoles, a expresar su angustia y a evocar los valores más representativos de España.
Los escritores se consideraban en el mismo grupo debido a que sus fechas de nacimiento no eran muy distantes (once años), compartían ideas políticas liberales, promoviendo reformas ideológicas. Sentían desolación por la situación de España, y una gran preocupación por el país desde el punto de vista íntimo y una devoción incondicional a Castilla.
Los temas más recurrentes que utilizaban eran conflictos existenciales y filosóficos, el sentido de la vida y el destino humano.
Tenían inquietudes literarias comunes y contribuyeron a la renovación de principios de siglo. Su estilo está basado en un lenguaje natural y sobrio, defendían una voluntad no retórica. En sus ensayos modernos cabían tanto reflexiones literarias, filosóficas, históricas como personales.
La narrativa de la generación del 98 representó el espíritu crítico que caracterizaba al grupo, a su vez el ensayo sirvió como vía de expresión para sus ideas renovadoras, y la mejor forma de dar a conocer sus pensamientos ante los hechos que vivía el país.
La novela sufrió algunas modificaciones que se introdujeron en su nueva forma. La narración de la historia en sí pierde importancia a favor de cómo se narra. Potencian el personaje único, se centra la trama en el mundo interior de un solo personaje. La experiencia vital dirige la acción a regirse por la lucha interna que sufre el protagonista. Y a través del diálogo, exponen sus conflictos existenciales.
Con respecto a la temática, existe una constante común que es la preocupación por España, hay una gran inquietud por la situación de decadencia política y social. Narran la historia de los pueblos y sus gentes, la intrahistoria. Desaparece la objetividad, sustituyéndolo por una apreciación subjetiva del personaje central. Se ciñen al paisaje, adquiriendo casi la importancia de un personaje más.
Las novelas de esta etapa tienen un estilo poco uniforme aunque generalmente prima una estética no retorica, plasmada con frases breves que transmiten su pensamiento de forma sencilla.
Los autores más importantes fueron:
PIO BAROJA
Toda su obra narrativa está impregnada de un pesimismo existencial, reflejo de la soledad que le acompañó toda su vida. Se caracteriza por el escepticismo religioso, la desconfianza en el ser humano, la influencia de las corrientes filosóficas europeas, y el protagonista suele ser aventurero e inconformista.
La temática de sus obras proviene directamente de sus experiencias vitales: soledad, amargura… Su estilo era perfecto para el objetivo de su obra: la espontaneidad narrativa.
Sus principales obras son: “Camino de perfección”, El laberinto de las sirenas”…
MIGUEL DE UNAMUNO
Su obra literaria gira en torno a los grandes temas generacionales: el problema de España, el tiempo y la vida. Este autor se caracteriza especialmente por su interés por el sentido de la vida. Unamuno concebía la vida como una lucha, lo que plasmaba en sus novelas a las que denominó “nivolas”, y se caracterizan porque sus personajes sufren la incansable búsqueda de Dios, muestra un escaso interés hacia el marco espacial y temporal, y da mucha importancia a los diálogos.
Sus principales novelas son: “Niebla”, “San Manuel Bueno, mártir”…
VALLE INCLÁN
Los temas de sus novelas cambian y evolucionan, ya que sus ideas van madurando o adaptándose a la nueva realidad que le toca vivir. Los temas más relevantes son el amor, la muerte, la religión y la España rural.
Su empeño renovador del género narrativo le llevo a tener un estilo y una técnica personales e inigualables en lo que se refiere a un lenguaje cuidado y musical.
Sus principales obras fueron: “La guerra carlista” y “Tirano Banderas”.
AZORÍN
La producción narrativa engloba diversos géneros, se pueden destacar una serie de características: trama sencilla, carácter autobiográfico, oposición a la religión, paso del tiempo y fugacidad de la vida. Los temas más frecuentes son el paisaje y el pasado de España, y en su estilo destaca la precisión y claridad en cada palabra empleada y el uso de frases breves y sencillas. Utiliza una técnica descriptiva basada en el detalle y la evocación.
Sus principales obras son: “Doña Inés”, “Antonio Azorín”.
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