La riqueza lingüística de Luces de Bohemia es asombrosa. Un amplia gama de registros, variantes y recursos que van desde la jerga mas populachera hasta las metáforas más audaces. La alternancia inesperada de los registros formal y coloquial provoca una emoción confusa, entre cómica y dramática.
Por un lado, está la lengua de los diálogos, a partir del habla de los bajos fondos del Madrid arrabalero, que se caracteriza por: derivaciones despectivas, latinazgos burlescos, vulgarismos locales de Madrid, palabras de jergas marginales, gitanismos, vulgarismos más extendidos y la reducción de palabras.
A esto se suma el empleo de cultismos y retoricismos, además hay que señalar la utilización de muletillas caracterizadoras de un personaje.
Las diferentes hablas, son apropiadísimas para todos y cada uno de los personajes.
En las acotaciones encontramos extremos y contrastes (junto al miserabilismo una prosa rítmica plagada de ritmas internas y enumeraciones)
Es frecuente la aparición de metonimias, sinestesias, comparaciones y metáforas, y organizando esta prosa una sintaxis descoyuntada que usa magistralmente los recursos de la puntuación (Valle-Inclan anticipará lo que más tarde se llamará “enumeración caótica”)
Rasgos esperpénticos
Nos encontramos ante una enorme tragedia, tanto colectiva como individual. Estos hechos trágicos los vemos ridículos debido a los personajes que les dan vida, incapaces de estar a la altura de su tragedia por lo grotesco que hay en su situación. La realidad se distorsiona mediante diferentes procedimientos:
Muñequización, los personajes son vistos como máscaras o fantoches; animalización, consiste en presentar al personaje con algún rasgo animal; cosificación, presenta como objetos a los personajes; humanización, los animales se humanizan, lo que fortalece más esa simbiosis de lo animal y el personaje; vivificación, dar vida a los objetos; enaltecimiento, se distorsiona la realidad engrandeciéndola, exaltándola; degradación, Se distorsiona la realidad envileciéndola; literalización, consiste en la utilización (en algunos casos para resaltar el absurdo) de citas ajenas, elementos mitológicos, autores clásicos, etc, que situados fuera del contexto, producen un gran efecto cómico y distanciador; parodia de toda una situación, (el diálogo de sepultureros es una parodia de Hamlet). Las citas poseen una funcionalidad distinta: ya no es la comicidad o la ironía lo que desencadenan, sino que se trata de ensanchar el significado de la acción.
En definitiva, toda una serie de recursos encaminados a plasmar “el sentido trágico de la vida española” que sólo “puede darse a través de una estética sistemáticamente deformada”.
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