Rubén Darío (1867-1916) nació y murió en Nicaragua. Fue uno de los iniciadores del Modernismo literario junto con otros escritores hispanoamericanos como José Martí o Manuel Gutiérrez Nájera. A raíz de sus viajes a España introdujo en España el modernismo, mediante obras como “Azul”.
También vivió en Francia y en varios países latinoamericanos, algunos de sus trabajos fueron los de corresponsal, embajador y director de publicaciones.
En un primer momento sus obras se ven influidas por diferentes autores pero poco a poco va adoptando un estilo más personal.
Algunas de sus obras por orden cronológico son:
“Epístolas y poemas” que es una obra juvenil con tono romántico y métrica clásica y con una evidente influencia de escritores como víctor Hugo y Bécquer.
“Abrojos”, son poemas breves que expresan el dolor del poeta incomprendido, con equilibrio entre clasicismo y romanticismo, y adquieren importancia la intuición y el sentimiento.
“Azul”, considerado el libro inaugural del modernismo y es un ejemplo del mismo. Fue escrito 1888. Su título parece estar influido por la concepción que tenía Víctor Hugo de dicho color dentro del arte. El libro tiene tres partes, las dos primeras escritas en prosa y la última en verso.
- La primera parte se llama cuentos en prosa, es un conjunto de fantasías líricas que provienen del “cuento parisiense”. Aparece el parnasianismo con claridad. Pero no se descuida la crítica modernista al mundo burgués. Los temas son variados, como la belleza artística, la vitalidad prisionera y la seducción de una mujer bella.
- En Chile es la segunda parte, consta de doce estampas narrativo descriptivas: unidas por el itinerario contemplativo de Ricardo, un poeta lírico que ofrece su visión sobre aspectos diversos como imágenes campestres, escena pastoril o pensamientos sobre el amor. Dos narraciones breves que incluyen “La muerte de la emperatriz de China” y “A una estrella”. En esta parte la influencia francesa es clara.
- La última parte de Azul es El año lírico. Que contiene Cuatro poemas dedicados a una de las estaciones del año, y ensambladas por el hilo conductor del amor sensual como fuerza vital. Tres poemas sobre el amor, la imperfección de la creación y sobre la poesía noble viril y fuerte. Tres sonetos:“Caupolicán”, “Venus” y “De invierno” Y por último medallones, que son retratos de poetas de la época.
“Prosas profanas” que es la plenitud del modernismo formal y donde al final se intuye el cambio hacia una poesía más intima.
“Cantos de vida y esperanza” más reflexivo y con simbolismo más profundo. Trató nuevos temas como la naturaleza y la nostalgia por la niñez.
“Poema del otoño” de tono meditabundo y sencillo de forma, reflexiona sobre el erotismo y la muerte.
También hizo obra prosística donde se engloban crónicas periodísticas, sus propias andanzas y otros libros.
Miguel Martínez Ara 2ºA
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