domingo, 23 de enero de 2011

TEMAS Y SÍMBOLOS LORQUIANOS

En lo que a temática se refiere posee gran originalidad. No son muy numerosos pero aparecen de modo recurrente. Son los temas eternos de la poesía. Lo que va a distinguir a Lorca de los demás poetas es el modo de tratarlos tanto en la forma de la expresión como en la forma del contenido. De modo general no se suele encontrar en Lorca un tema tratado de modo "monográfico, habitualmente se suelen hallar entrelazados entre sí. Da la impresión de estar tratados de forma inesperada que le salen de modo espontáneo y natural. Por este motivo muchas veces los temas están inmersos en símbolos. De entre todos los temas nos parecen los más significativos los siguientes: la frustración, el amor, el tiempo, la muerte, la infancia, el paisaje.

La frustración es el tema clave en la poesía de Lorca. Pudiera llegarse a pensar que su frustración radical limita con el límite de lo existencial. Pero antes que nada es en el poeta vivencia personal. Desde joven sitió un atractivo personal por la música, pero las circunstancias personales le impidieron seguir ese camino. Las menciones a lo musical son innumerables en su obra. La segunda frustración personal es más honda e íntima: la amatoria y erótica. El saberse homosexual, el tener que ocultar sus inclinaciones amorosas, el poco éxito que obtuvo...Una cita textual del autor será suficiente para darse cuenta exacta del problema: Se había despertado mi estatua y me había estrujado el corazón. Estas dos frustraciones terminan configurando en Lorca una visión del mundo y una visión de la literatura. El hombre es por naturaleza un ser frustrado y consciente de esa realidad ineludible, según el modo de pensar del poeta, dedicará su vida a la literatura. Pero además Lorca escribirá también para que no haya nadie que pueda padecer la vida en frustración como fue su caso. Son numerosos los poemas en los que aflora ese sentido decepcionante de la frustración. He aquí algunos poemas en los que este sentimiento aparece: Cante jondo "Guitarra", Romancero gitano "La monja gitana", "Romance de la pena negra", Poeta en Nueva York "La aurora", "Navidad en el Hudson".

El amor, para Lorca es una fuerza comparable a la muerte. Un amor completamente humano, carnal, sin idealización posible, que está presente en cada página del poeta. Pero el amor, en su obra, tiene siempre un cariz adverso. No hay mas remedio que elegir entre dos polos; o la satisfacción superficial del deseo o la pasión retraída del amante lo que termina produciendo una gran frustración. En los primeros poemarios todos estos conceptos aparecen envueltos en la violencia de la intimidad y en la retórica de los juegos brillantes de las imágenes. En Poeta en Nueva York, Diván del Tamarit y Sonetos del amor oscuro los versos son desgarradores puesto que el amor y la muerte anda siempre juntos son inseparables compañeros de frustraciones. El amor es un deseo difícilmente satisfecho al que por otro lado acecha de modo constante la muerte, la mayoría de la veces la muerte violenta. El amor lleva en sí la muerte, son binomio inseparable, la doble cara de la misma moneda. Pueden leerse los siguientes poemas: Libro de poemas ("Tarde"), Suites ("Serenata"), Romancero gitano ("La soleá")

Lorca creció en el medio rural y, la cultura del campo a la par que las tradiciones populares, impregnan todas sus obras. A lo largo de todas sus manifestaciones al respecto siempre se mostró admirador de la vida campesina y nadie mejor que él supo trasplantar el ingrediente básico de esa cultura que es la omnipresencia de la muerte.

Este tema está íntimamente unido al del tiempo del que en realidad es una consecuencia inevitable y lógica. Tanto el tiempo como la muerte son inquietantes y en la poesía lorquiana adquieren el grado de "terribles" porque aunque son lo más cotidiano de la existencia no dejan de aterrar al poeta. Considera la muerte como amenaza permanente e ineludible. El conocedor de los versos lorquianos puede recordar que la muerte tiene con frecuencia forma violenta: reyertas, peleas, asesinatos, suicidios. Hay, por otro lado, alguna muerte de matiz misterioso y enigmático también. La muerte para Lorca no es un paso hacia otra vida sino un muro que se interpone en nuestro camino de modo brutal y que no provoca ningún sentimiento religioso. No hay ninguna esperanza sino un vago deseo de fundirse con el mundo con el lugar del que procede el hombre, la naturaleza. Para mejor compresión del tema en Lorca pueden leerse los siguientes poemas: Cante jondo ("Sorpresa", "Falsete"), Suites ("Despedida"), Romancero gitano ("Romance de la luna, luna", "Muerte de Antoñito Camborio"), Llanto por Ignacio Sánchez Mejías ("La sangre derramada").

El tiempo o su paso es una de los temas recurrentes de la literatura y de la poesía. El poeta suele estar siempre atento al paso del tiempo. El paso de las horas, el cambio de estación, los años de la infancia, de la juventud pueden ser vistos como auténticas catástrofes personales. La imposibilidad de volver hacia el pasado para recuperar los años perdidos crea en el poeta una desazón similar a la inevitabilidad de la muerte. El tiempo no representa el fluir de la historia, sino una condición del existir humano. Es el corazón del hombre el que detecta el fluir de las horas y de los días y lo ve en las cosas sencillas: en una flor, en el discurrir de un río, en la llegada del amanecer, en la caída de la tarde. Para Lorca el paso del tiempo equivale al sentido perecedero de los seres y de las cosas. En su poesía el tiempo va unido también a las referencias textuales como los relojes, las campanadas del reloj de la iglesia, las madrugadas que con frecuencia están personificadas. En los poemas siguientes lo vemos: Libro de poemas ("Suicidio", "Se ha puesto el sol"), Poemas sueltos ("Estampilla y juguete").

El paisaje es también tema en la poesía de García Lorca. En ese sentido puede decirse que dependiendo del poema cobra un color distinto y que a menudo la personificación sirve al poeta para poder manifestar su punto de vista o al menos un punto de vista externo al contenido concreto del poema. Por eso la naturaleza se carga de símbolos que intentan responder a lo anterior. Hay otros símbolos en Lorca como pueden ser: el Sur - lugar paradisíaco; la rosa, la sangre, el espejo, etc...

Los símbolos

Lorca utiliza frecuentemente símbolos en su poesía. Se refieren muy frecuentemente a la muerte aunque dependiendo del contexto los matices varían bastante. Son símbolos centrales en Lorca:

La luna: es el símbolo más frecuente en Lorca. Su significación más frecuente es la de muerte, pero también puede simbolizar el erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza.

El agua: cuando corre, es símbolo de vitalidad. Cuando está estancada, representa la muerte.

La sangre: representa la vida, por ello, la sangre derramada es la muerte. Simboliza también lo fecundo, lo sexual.

El caballo (y su jinete): está muy presente en toda su obra portando siempre valores de muerte, aunque también representa la vida y el erotismo masculinos.

Las hierbas: su valor dominantes, aunque no único, es el de ser símbolos de la muerte.

Los metales: también su valor dominante es la muerte. Los metales aparecen bajo la forma de armas blancas, que conllevan siempre tragedia.

Hay otros símbolos en Lorca como pueden ser: el Sur (lugar paradisíaco); la rosa, el espejo, etc.

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